Siguiendo los consejos del libro que estoy leyendo (The Complete Idiot's Guide to BarefootRunning) estoy siendo bastante conservador para evitar lesiones:
- estoy utilizando el calcetín-plantilla que llevan las zapatillas para tener más protección aunque en un par de meses me gustaría estar ya corriendo sin él.
- he corrido por el carril bici (terreno a la vez duro y liso)
- me he despreocupado del ritmo (un trote cochinero de 7:25 minutos por kilómetro)
- me he centrado en la pisada con el ante-pie y en mantener la postura erguida.
Aunque ya he experimentado andando con estas zapatillas, corriendo la sensación del terreno que dan es espectacular. Incluso con el calcetín-plantilla se nota cada chinita del terreno.
Perdiendo la vergüenza y siguiendo el ritual que comencé la semana pasada, después del trote he estado andando descalzo por el carril bici cerca de 15 minutos. Las sensaciones han sido aún mejores y he experimentado con placer la propiocepción en funcionamiento, la estrecha comunicación pie-cerebro al sentir la rugosidad y calidez de la pista en las plantas de los pies.
En una zona con algo de tierra y piedrecitas he sentido las reacciones y la adaptación de la marcha según el tipo de terreno. Al final no lo he podido resistir y trotado unos segundos descalzo...
Algo me dice que esto del minimalismo es algo más que una forma de correr o una moda pasajera y comienzo a verlo y sentirlo de modo más amplio: una forma de comunicación interior, de recuperación de los sentidos perdidos e incluso de comunicar con nuestra historia evolutiva. En resumen, una manera de disfrutar más de la carrera.
Veremos mañana como va todo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario